Segundo mito: el islam es una fe tolerante (I)

Este mito, planteado dentro de la absurda línea de lo "políticamente correcto", es el leiv motiv de muchos occidentales que ignoran la verdadera esencia del islam, y que -evidentemente- jamás han leído el Corán, ni la Sunna (la tradición), ni los hádices (libros que recogen los dichos de Mahoma).


Lo grave de esta mentira es que una parte muy importante de la sociedad occidental ha terminado creyéndolo (funciona de nuevo aquel axioma de Goebbels de que una mentira repetida 1000 veces termina convirtiéndose en verdad).


Según esta moda de "corrección política", se nos quiere hacer creer que en Al-Andalus y bajo el imperio otomano, todas las religiones coexistieron pacíficamente. Ésto no es así, y hoy comenzaremos a desgranarlo.


Si bien el Corán denomina a los cristianos y judíos como "gentes del libro", la ley islámica les aplica el término DIMMÍES, que tiene una doble acepción: "protegido" y "culpable" en el idioma árabe.


Supuestamente son "protegidos" porque han recibido revelaciones verdaderas por parte de Alá, razón por la cual se les otorga un estatus diferente a los paganos y a los idólatras. Sin embargo, son CULPABLES, porque rechazaron a Mahoma como profeta y distorsionaron las revelaciones de Alá.


Por este motivo, la ley islámica determina que cristianos y judíos pueden vivir en los estados islámicos, pero nunca en un plano de igualdad con los musulmanes. En teoría tienen permiso para practicar sus religiones, pero bajo severísimas condiciones que restringen hasta el nivel de volverlo imposible.


Este estatus de segunda clase está establecido en el Corán, cuando dice que se debe hacer la yihad contra aquellos que se han resistido al islam después de haber sido convocados al mismo, hasta que se sometan o hasta que acepten vivir como una comunidad dimmí, porque "Él es Quien ha mandado a Su Enviado con la Dirección y con la religión verdadera para que, a despecho de los asociadores, prevalezca sobre toda otra religión." (Corán, Sura Nº9, vers. 33).


Prácticamente desde sus comienzos, los musulmanes -en un alarde de vocación guerrera sin igual- han ido sometiendo a los pueblos vecinos, y,cuando no los mataban, a quienes no se convertían al islam les imponían condiciones tales como:


-pagar el tributo de los no musulmanes (jizya)
-utilizar un cinturón de tela para diferenciarse de los musulmanes
-debían mantenerse a un lado de la calle
-no podían construir edificios más altos que las construcciones musulmanas
-no podían mostrar abiertamente ni el vino ni la carne de cerdo
-no podían hacer exhibición pública de sus funerales ni fiestas
-no podían construir nuevas iglesias ni sinagogas
-no se les saludaba con el saludo "Salam aleikum" (la paz sea contigo)
-no podían impedir que alguno de ellos se convirtiera al islam
-no podían montar a caballo (únicamente a lomo de burro o mula)
-no podían llevar espada ni hacer acopio de armas
-no podían vender bebidas alcohólicas
-no podían poner cruces en sus iglesias, ni ninguna clase de ornamentos en sus sinagogas
-no podían hacer tañer las campanas
-tenían la obligación de dar cobijo y alimento durante 3 días a todo musulmán que se presentara a sus casas como huesped
-no podían impedir que los musulmanes permanecieran en las iglesias o sinagogas cuando fueran a ellas, tanto de día como de noche
-debían ceder el asiento a un musulmán si éste quería sentarse donde estaban ellos
-debían cortarse el pelo en la frente para ser fácilmente distinguibles de los musulmanes.


Éstas son algunas de las imposiciones que sufrieron los "dimmíes" desde el siglo VII.


Si violaban alguna de estas condiciones de la dimma, podían ser matados o vendidos como esclavos.

Mujeres cristianas en peligro en sociedades musulmanas: los hechos

Varias veces al año se recibien inquietantes denuncias de secuestro y violación de jóvenes mujeres cristianas en sociedades musulmanas. En algunas ocasiones, engaños y promesas de amor, son usados para capturarlas y obligarlas a cooperar con sus secuestradores- bajo la amenaza de violencia contra ellas o sus familias.

Como resultado, estas jóvenes suelen ser raptadas, drogadas, aterrorizadas, e incluso casadas contra su voluntad con hombres musulmanes.

El grado de vulnerabilidad de las mujeres en estas sociedades violentas es denunciado constantemente por los activistas de derechos humanos. Sin embargo, el rapto de mujeres cristianas en el mundo musulmán no. Además de tratarse de un problema de vulneración de derechos de las mujeres, también se da una violación a la libertad religiosa. En muchos casos, estas jóvenes son secuestradas sólo por conocerse que son devotas cristianas. Muchas de estas muchachas que han logrado sobrevivir a estos hechos, han informado que al parecer, el primer objetivo de sus captores era su conversión forzada al Islam, y la violencia sexual era sólo una herramienta para lograr este objetivo.

Existen evidencias suficientes para sugerir que existen bandas organizadas que planean y cometen estos crímenes. Motivados por una ideología islamista extrema, los integrantes de estas bandas no sólo buscan humillar a la mujer en razón de su fe, sino también cubrir de oprobio su apellido y su religión.


¿Por qué sucede ésto? Algunas razones...

PREJUICIO SOCIAL: Una cultura dónde se enseña a los niños desde una edad temprana a no confiar o juntarse con cristianos implica que los cristianos tienen un estatus de "segunda clase". Este prejuicio social puede llevar a la inacción gubernamental y hasta a la negación de la existencia de este problema. Esto -a su vez- dificulta que las víctimas puedan hablar de ello y reclamar justicia.


IDEOLOGÍA: La ideología islámica de dhimmitude, o la creencia de que los no-musulmanes deben someterse a losmusulmanes, está subyacente en estos crímenes. Los musulmanes comprometidos con la yihad —la guerra santa contra los no-musulmanes—justificarían estos métodos de "selección" y conversión de las jóvenes no-musulmanas como "actos de guerra".

CREENCIA: motivadora de que aquellos musulmanes que consiguan convertir a otros al Islam, recibirán algún "premio celestial", independientemente del modo de conversión utilizado.

CORRUPCIÓN: Las bandas involucradas en estos crímenes a menudo trabajan en connivencia con las autoridades locales. Esto se pone claramente de manifiesto cuando las familias de estas jóvenes raptadas van a reportar los hechos y requerir la intervención policial. Usualmente reciben evasivas, o padecen retrasos indebidos en las actuaciones. Además,los delincuentes involucrados reciben protección policial.

Fuente: Human Rights and Christian Persecution