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sábado, noviembre 11, 2006

Cuidadín, que somos "kufur"

En la ofensiva del islam contra Occidente, estos moritos echan mano de todo lo que se les cruza.

Hasta ahora se valían de la permisividad de los países occidentales para dejarles estar ilegalmente en sus territorios. Se servían de la seguridad social para vivir a costa de nuestro trabajo, parir hijos musulmanes como si las moras fueran conejas y conseguir toda clase de prebendas y privilegios, como la donación de terrenos para la construcción de sus mezquitas.

También llevan un tiempo utilizando los foros de internet, la moda y otros fenómenos para radicalizar a la juventud.

Ahora le ha tocado el turno a la música. Los radicales se sirven del hip hop y el rap para adoctrinar a los jóvenes en su extremismo. Principalmente lo hacen en Estados Unidos, el Reino Unido y Francia. Probablemente en España lo intenten con el flamenco. O el heavy metal... quién sabe...

La cuestión es que los servicios secretos ingleses están preocupados, porque consideran que la actividad de estos grupos "musicales" puede ser "un vehículo de adoctrinamiento" de esos jóvenes contra Occidente. Estos grupos cantan canciones sobre la guerra de Irak, la opresión del pueblo musulman, y el ideal de un nuevo estado islámico, mientras enseñan a los jóvenes musulmanes la ideología del fundamentalismo islámico yihadista.

Todo comenzó en EEUU con el grupo -ya disuelto- "Soldados de Alá". Pero la tarea continúa a través de otros grupos en el Reino Unido, Francia y Estados Unidos. En sus canciones suelen usar el término despectivo de "kufur" para referirse a los no musulmanes. Es decir, a nosotros.

En Inglaterra se da el caso del grupo "Blakstone" (sic), cuyas letras son una invitación al extremismo islámico. Cantan su material en inglés, y de esta manera extienden su mensaje radical entre poblaciones que no hablan árabe.

Aquí pueden ver un video de Blakstone. Os recomiendo que tengáis aspirinas a mano:

Conocer la realidad de Marruecos; no-musulmanes «amordazados» por la ley.

El temor y el secretismo es una constante en Marruecos. Los cristianos presentes en la zona miden al milímetro cada palabra que dirigen a un desconocido para que nada pueda comprometerles directamente ante las autoridades. «Marruecos es como un pueblo, todo se sabe», subrayan algunos de ellos, y además la Policía sigue el rastro de todas sus actuaciones por si se produce cualquier acto sospechoso de proselitismo.

El artículo 6 de la Constitución de Marruecos proclama que «el islam es la religión del Estado que garantiza a todos el libre ejercicio de los cultos». Sin embargo, la predicación a magrebíes es ilegal, por lo que cualquier acción encaminada a alejar a un musulmán de su religión puede ser condenada de 3 a 6 meses de cárcel, según el artículo 220 del Código Penal.

«No hay libertad religiosa, no se permite que un marroquí sea de una religión distinta a la musulmana», explica un católico que prefiere mantener
su anonimato. Por tanto, esta libertad religiosa que supuestamente garantiza la Constitución es tan sólo aparente ya que en el país impera una «mordaza» que obstruye por completo una labor de evangelización abierta por parte de la minoría cristiana.

Así, el culto no musulmán sólo está permitido a la población extranjera y en el caso de las prácticas religiosas cristianas, quedan limitadas exclusivamente a la actividad parroquial. De modo que las procesiones de Semana Santa, por ejemplo, deben hacerse dentro de los muros de los escasos templos que aún siguen en pie en el país. Frente al 99 por ciento de la población musulmana, el número de católicos, bastante elevado en los años
del protectorado, desciende año tras año y quedan prácticamente sólo aquellos descendientes de las que fueron familias coloniales (franceses, españoles e italianos), algunas órdenes religiosas (las Hijas de la Caridad son las más numerosas), algún que otro empresario instalado en el país y estudiantes católicos subsaharianos.

Ante este silencio impuesto por las autoridades musulmanas, la Iglesia católica se inclina por respetar la legalidad vigente. «La función de los católicos en Marruecos es una labor humanitaria. Nuestra fe está libre, no hay problema porque los musulmanes son nuestros amigos y nos atenemos a la ley», explica el arzobispo de Rabat, el francés Vincent Landel. Cuando se le pregunta por la labor de evangelización de los católicos en el país, Landel es tajante: «Evangelizar no es una palabra para nosotros. Eso es cosa de Dios».

Ayuda humanitaria. Así pues, «la misión de los cristianos en Marruecos es, sobre todo, la de maestros, también con marroquíes. El grupo más numeroso es de religiosas, que se dedican a enseñar idiomas (inglés, español...), informática, alfabetizar, hay comedores infantiles, centros para madres solteras, niños sordomudos...», subraya el administrador apostólico de Tánger, José Seijas Torres. Sin embargo, esta situación está provocando que cada vez haya menos católicos en el país, puesto que Marruecos está ahora más desarrollado que hace algunos años y la ayuda social no es tan necesaria como antes. Sin embargo, algunos católicos presentes en Marruecos explican que si la Iglesia se centra en la acción social es porque de otro modo «podría poner en peligro las relaciones entre Marruecos y el Vaticano; puede perder mucho y no quiere».

Pero también existen prácticas al margen de la ley. Es el caso de un elevado número de cristianos evangélicos -que oscila entre los 150 y 800- que operan en Marruecos y que están consiguiendo que el número de conversos procedentes del islam crezca paulatinamente. A diferencia de la Iglesia católica, «los evangélicos no tienen nada que perder y cuentan con un importante soporte económico de EE UU a sus espaldas», señalan las mismas fuentes. Sin embargo, las autoridades siguen sus pasos muy de cerca y muchos de ellos son expulsados del país por desarrollar estas prácticas proselitistas o cumplen largas condenas en la cárcel.

Fuente: Madrid Habitable

martes, noviembre 07, 2006

Ceuta y Melilla en alerta máxima

Este e-mail está circulando por internet. Y su contenido -por demás verosímil- es alarmante.
Teniendo en cuenta los antecedentes de sumisión al terrorismo etarra de este gobierno, no descartamos que el próximo paso de zETAp sea la entrega de Ceuta y Melilla, seguida de Canarias. Para luego -cual conde Don Julián- tenderles un puente en el estrecho y entregarles toda España.

Ceuta y Melilla se convierten en objetivo de la guerra santa islámica.
'Yihadistas' declaran "la guerra al Estado infiel español" para "liberar las ciudades ocupadas"


Ceuta y Melilla se han convertido en un objetivo de la yihad (guerra santa) internacional. Así lo aseguran los servicios de información españoles, que consideran esta amenaza la más grave de los últimos dos años. Su alerta se basa, entre otras causas, en la actividad de un grupo o célula vinculado a Al Qaeda y que se oculta bajo el falso nombre de Nadim al Magrebí. Esta organización ha emitido un comunicado a través de Internet en el que piden que se declare "la guerra al Estado infiel español y liberar las ciudades ocupadas de Ceuta y Melilla". Por otra parte, tres soldados españoles de Ceuta y Melilla, que supuestamente ejercían proselitismo radical han sido invitados a dejar el Ejército.

A las 23.49 del pasado 23 de mayo, un yihadista anónimo se acomodó en un cibercafé en Argel, pinchó en la página alansar, uno de los foros más visitados de Al Qaeda y sus satélites, y colgó un escueto y rotundo comunicado en árabe en el que pide que se declare "la guerra al Estado infiel español y liberar las ciudades ocupadas de Ceuta y Melilla". Firmó Nadim al Magrebi, un seudónimo bajo el que se esconde un grupo yihadista del norte de África vinculado a la red de Al Qaeda, según aseguran a EL PAÍS fuentes de la lucha antiterrorista.

Ceuta y Melilla se han convertido en una nueva bandera de la yihad (guerra santa) internacional. Una amenaza más para España, que continúa siendo objetivo de Al Qaeda por la presencia de sus tropas militares en Afganistán y Líbano o la actividad de jueces y fiscales contra las células neosalafistas. Pero desde los atentados del 11-M en 2004 la amenaza de vengar "la ocupación" de ambas ciudades españolas es la más preocupante y directa que han detectado los servicios de información, según señalan
sus responsables.

Informes confidenciales remitidos al Gobierno advierten del peligro que entraña el que en los círculos yihadistas internacionales se cuestione la españolidad de estas dos ciudades y se pida su "liberación" mediante ataques terroristas, algo que hasta ahora no había ocurrido. A la tradicional reivindicación por parte de Osama Bin Laden y otros dirigentes de la yihad del Al Andalus (Andalucía) como territorio "perdido" se suma ahora la de las ciudades de Ceuta y Melilla. "Un riesgo añadido. Una propaganda fácil y peligrosa contra España", según asegura un experto en terrorismo internacional.

El grupo que se oculta tras el nombre de Nadim Al Magrebi está desde hace tiempo en el punto de mira de los servicios de inteligencia españoles y europeos. Sus analistas siguen con atención los comunicados que bajo ese nombre se difunden en la web alansar y en otros foros yihadistas. Especialmente desde que Internet se ha convertido en la herramienta más eficaz y segura para hacer proselitismo y dar órdenes a los miembros de las células durmientes de todo el mundo. Las comunicaciones en ese mundo clandestino son por correo electrónico y los contactos entre sus dirigentes todavía mediante el clásico mensajero.

En más de 400 comunicados que han sido analizados, leídos y releídos, una y otra vez, por los expertos Nadim Al Magrebi habla de la yihad en Chechenia, Cachemira, Indonesia o Irak. Siempre con un lenguaje incendiario y combativo, pero el pasado 23 de mayo su mensaje se refirió por vez primera a España y en esta ocasión pidió sin rodeos una acción de venganza. Bajo el título "Liberación de las ciudades de Ceuta y Melilla" escribió esta declaración : "Si es una obligación para nuestros hermanos de Al Qaeda alistarse con los muyahidines en Irak, creo que se considera como obligación principal, también, la Yihad contra el estado infiel español, para
liberar las ciudades ocupadas de Ceuta y Melilla . Y ésto formando un grupo yihadista fuerte que no tenga como objetivo llevar sólo una o dos operaciones, sino declarar una guerra a muy largo plazo. Espero que esta proposición sea aceptada por los hermanos muyahidines y aquellos deseosos de llevar a cabo la yihad en los países del norte de África".

El mensaje de Al Magrebi fue copiado en las primeras 48 horas por más de 200 personas. "La difusión y el impacto de Internet en los círculos yihadistas es impresionante. Da miedo", asegura un agente especializado en Al Qaeda y sus satélites. La CIA ha contabilizado en más de 50.000 las páginas de exhaltación a la guerra santa en todo el planeta.

Un comunicado contra la intervención de España en la guerra de Irak durante el Gobierno de José María Aznar difundido por la web Global Islamic Media en el que se incitaba a perpetrar un atentado fue una de las fuentes en las que se inspiraron los terroristas del 11-M, según recoge el juez Juan del Olmo en su auto de procesamiento. "Se hacían unas menciones muy claras y precisas sobre el ejercicio de la violencia contra España y sus fuerzas", señala el magistrado. El mensaje apareció en los ordenes de Sarhane Ben Abdelmajid, El Tunecino, y de otros terroristas que perpetraron la matanza de Madrid.

La arenga bajo el falso nombre de Nadim Al Magrebi pretende también "ordenar o inspirar" nuevos atentados terroristas contra España, pero ahora con el nuevo argumento de Ceuta y Melilla, según aseguran los especialistas que han analizado el comunicado. Unos expertos que desde hacia años temían que esto podía ocurrir. ¿Quién está detrás de esta llamada a la guerra contra el Estado "infiel" español? ¿Que grupo o movimiento radical se propone liberar las ciudades españolas "ocupadas"?

En el norte de África operan numerosos grupos yihadistas argelinos, tunecinos y marroquíes, aunque los más conocidos y asentados en Europa son el Grupo Salafista para la Predicación y el Combate (GSPC) de Hassan Hattab, escisión del GIA argelino y fiel aliado de Osama Bin Laden, y la agrupación de células dispersas que se engloba bajo la denominación de Grupo Islámico Combatiente Marroquí (GICM), la "mano de obra" en los atentados contra los trenes de Atocha. "Todavía no sabemos quien está detrás de este comunicado, pero lo único seguro es que se trata de un grupo. En Argelia no está solo el GSPC, hay hasta un Hezbolá argelino. Todos intentan crecer y hacerse visibles. Puede venir de cualquiera", asegura uno de los agentes que
investiga esta amenaza. Para los servicios de información el Gobierno de Marruecos es ajeno a esta campaña para "liberar" Ceuta y Melilla mediante la yihad. El reino marroquí reclama en diversos foros internacionales la soberanía de las dos ciudades.

En los círculos yihadistas se cita Ceuta y Melilla desde hace algunos años, pero desde el 11-M las alusiones crecen y ahora, según opinan los analistas, han llegado demasiado lejos. "Nunca habíamos detectado un comunicado tan rotundo, claro y amenazante como éste. Es la primera vez que se incita a la yihad. Que se pide la creación de un grupo para atacar a España por este motivo. Antes se hablaba sólo de los territorios ocupados por el infiel y se divagaba. Esto va en serio. Es la amenaza más grave que se ha hecho pública", asegura un responsable de los servicios antiterroristas. A la inquietante orden de Al Magrebi de atacar España se suman otros datos similares obtenidos mediante confidentes o en diversas investigaciones
policiales en las que también se emplea la "liberación" de estas ciudades como bandera.

Jesús de la Morena, el responsable de la Comisaría General de Información de la Policía durante el 11-M, advirtió al Gobierno que el crecimiento del integrismo en Marruecos era la mayor amenaza para España en el combate a las células de Al Qaeda. "Ceuta es el cordón umbilical, la primera barrera al integrismo radical", decía. Varios de los suicidas de aquel atentado eran de Tetuán.

¿Cuál ha sido la reacción al llamamiento para "liberar" Ceuta y Melilla del
"estado infiel" español? Ni en el foro yihadista alansar, un espacio que
consultaban varios de los autores del 11-M, ni en otras webs radicales se
han producido adhesiones públicas. "Eso no sorprende sino que inquieta. El silencio ha sido atronador y nuestra valoración es muy negativa", asegura el responsable de la investigación.

Irán y la bomba


Si la definición teórica de la locura es la incapacidad para distinguir la realidad de la ficción, entonces el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, es un hombre clínicamente loco.

Luego de pronunciar un discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas en septiembre de 2005, Ahmadineyad le dijo a un clérigo de su país que había sentido que durante los casi treinta minutos de duración de su ponencia ni uno solo de los cientos de delegados había pestañeado. ¿La razón? Pues que una figura celestial islámica había mantenido los ojos de los numerosos presentes abiertos para recibir el mensaje de la república iraní. El milagro se acentuaba a través de un halo de luz que supuestamente se había formado encima de su cabeza.

Uno de sus primeros actos de gobierno fue asignar dinero a la mezquita Jamkaran, ubicada cerca de la ciudad sagrada de Qum, a la cual retornará Abdul Qassem Muhammad, el duodécimo imán que se ocultó en el siglo X y, conforme al relato de la tradición chiita, reaparecerá como el Mesías.

En las tres religiones monoteístas, la era mesiánica puede advenir de dos maneras posibles: bien cuando la Humanidad haya alcanzado un estadio de hermandad universal (un escenario del tipo el-león-descansa-al-lado-del-cordero), bien cuando suceda exactamente lo contrario: que en el mundo haya tal anarquía, tanto desorden y maldad, que sólo la llegada del Mesías pueda reencauzar el rumbo del planeta. Si Ahmadineyad suscribe esta última visión del fin de los días, ¿qué mejor que precipitar una guerra nuclear que acelere el momento del Apocalipsis?

Si Ahmadineyad presidiera un país fallido del África negra, una nación políticamente marginal y económicamente irrelevante, posiblemente el mundo libre toleraría con típica indiferencia las locuras de su gobierno, tal como lo ha hecho con psicópatas como el sudanés Omar Hasán al Bashir... hasta que su campaña genocida y esclavizante se agigantó al punto de que no podía ser ignorada por más tiempo. Pero Ahmadineyad y los mulás gobiernan una nación que se asienta en una de las zonas más críticas del planeta, que controla el 10% de las reservas de petróleo, que tiene la segunda reserva probada de gas natural y que linda con el estrecho de Ormuz, por donde pasa diariamente el 40% de las exportaciones mundiales. Es decir, Irán posee una importancia estratégica descomunal. Y quiere poseer la bomba atómica.

Hoy, a pesar de su inferioridad militar frente a Occidente, esta república islámica está financiando y armando a agrupaciones terroristas en El Líbano, la Franja de Gaza, Irak y Afganistán, desafía constantemente a la potencia americana (en Irán se conmemora oficialmente el "Día de la Muerte a América") y su líder se permite amenazar a todo un continente: así, ha advertido a la Unión Europea de que "podría salir herida" si apoyara a Israel (país al que, a su vez, anhela "borrar del mapa") o se opusiera a las aspiraciones no convencionales de Teherán.

Es evidente que un Irán armado nuclearmente se atrevería a desequilibrar aún más el orden mundial, entre otras cosas, aumentando su poder de influencia en el Medio Oriente. Y que no haya lugar para el engaño: de acceder al control del petróleo mesooriental, Irán no buscaría un alza del precio del barril de crudo para incrementar sus ganancias: más bien procuraría paralizar la economía mundial. Inauguraría una era de chantaje político-económico pocas veces vista en la historia. La meta del régimen clerical iraní es ideológica y teológica, no materialista.

A estas alturas resulta claro para todo ser pensante que Irán no debe acceder al armamento nuclear. La pregunta es cómo evitarlo. Las opciones barajadas hasta el momento han sido cuatro:

– Dialogar con los iraníes hasta persuadirlos de la inutilidad de su terquedad. Ésta ha sido hasta hace poco la opción fetiche de los europeos, que han mantenido un "diálogo crítico" con Teherán durante años... para finalmente llegar a la conclusión de que ha sido inútil. Europa ha sido menos ingenua que cínica: entre 2000 y 2005 el comercio de la UE con Irán casi se ha triplicado. Cabe asumir que, hasta que una bomba atómica no estalle sobre París o Berlín, los europeos seguirán poniendo la plusvalía por encima de la seguridad nacional.

– Imponer sanciones diplomáticas y económicas a la república islámica para hacerla entrar en razón. Ésta ha sido hace tiempo una aspiración estadounidense, pero con China y Rusia –con derecho de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU–oponiéndose públicamente a tal noción, ha sido, hasta el momento, fútil.

– Provocar un cambio de régimen en Irán. Hay mucho descontento doméstico con la teocracia islamista, descontento que podría ser capitalizado por Occidente. No sólo los judíos, los cristianos, los kurdos, los zoroastrianos, los bahais y otras minorías son discriminadas en Irán, sino que incluso los musulmanes sunitas sufren restricciones a su libertad religiosa (en Teherán, por ejemplo, los sunitas no pueden tener su propia mezquita, mientras que sí pueden en Roma, Washington o Tel Aviv). Ésta es la opción ideal, pero puede requerir mucho tiempo, tiempo del que, a día de hoy, no dispone Occidente.

– Atacar militarmente a la teocracia islámica. La opción menos deseada pero la que más chances tiene de ser exitosa. Los costos serían elevados: el precio del barril de petróleo superaría los 100 dólares; Irán podría cortar sus exportaciones de crudo (2,5 millones de barriles diarios), bloquear el estrecho de Ormuz, activar células terroristas en todo el orbe e incluso atacar militarmente determinadas naciones (a Israel, seguro). Sin embargo, si ninguna de las otras alternativas fuera implementada efectivamente, o si lo fueran pero no se obtuvieran los resultados esperados, entonces este curso de acción no podría ser descartado, dado que el mundo libre no podrá permitir que una nación liderada por fanáticos mesiánicos apocalípticos cruce el umbral nuclear.

¿No le he convencido? Entonces pregúntese esto: ¿es preferible una guerra librada por Occidente contra un Irán convencional o una guerra librada por un Irán nuclear contra un Occidente tomado por sorpresa?


JULIÁN SCHVINDLERMAN, analista político y autor de Tierras por paz, tierras por guerra.

(artículo publicado en Libertad Digital)

lunes, noviembre 06, 2006

¿Qué hacemos con los dictadores capturados?

Es lo que ayer se preguntaba Daniel Pipes en su artículo publicado en el Jerusalem Post. Aquí la traducción:

¿Qué hacemos con los dictadores capturados? Esto se ha convertido en un problema ocasional para el gobierno de Estados Unidos desde que derrotó al Eje en 1945. Afortunadamente, Hitler se suicidó y los partisanos se despacharon a Mussolini. Pero el emperador de Japón recibió un pase libre y siguió en su sitio hasta 1989.

Dos docenas de altos oficiales del régimen Nazi fueron juzgados y sentenciados en los juicios de Nuremberg de 1945-46, y varios de ellos fueron ahorcados, sólo imagine que en esos procesos Hitler hubiera sido el acusado número 25. El mucho menos maligno Manuel Noriega de Panamá ha estado desde 1989 en una prisión americana, donde cumple una sentencia de 40 años por tráfico de drogas.

En contraste con todos estos casos, la administración Bush se distancia de disponer de Saddam Hussein, al dejar su suerte librada a manos de los iraquíes. Los jueces iraquíes acaban de sentenciar a Saddam y 2 secuaces a muerte por su rol en la masacre de 148 iraquíes en el pueblo de Dujail in 1982.

Esta circunstancia nos trae varios dilemas:

-permitir que un dictador se pudra en la carcel crea menores problemas políticos, pero niega justicia a aquellos que sufrieron su opresión, mientras que ejecutarlo acarrea el necesario cierre emocional, aunque también puede provocar mayor conmoción política.

-permitir que un dictador muera de manera relativamente indolora (por ahorcamiento o pelotón de fusilamiento) es lo más adecuado, porque causarle la misma tortura que él casó a otros, podría proveer una liberación psicológica a las víctimas, a la vez que servir como un elemento disuasivo para otros déspotas.

-hacer que un dictador sea juzgado por sus connacionales puede ahorrar a los americanos la angustia, pero al costo de exacerbar las tensiones locales (en este caso, las relaciones sunitas y chiítas).

Este debate está instalado en la sociedad norteamericana desde hace años. Los sectores más liberales (que no "líberals") del partido Republicano, al igual que los libertarios, se están planteando el costo económico tremendo que tiene para los contribuyentes este rol de policía mundial. Y algunos sectores más "centristas" del partido demócrata también lo rechazan porque no les gusta ver que su país es tan odiado por ello.

No obstante, las preguntas que lanza Pipes, merecen una respuesta seria y cabal. Y la ONU no está en condiciones de darla.


Baby

 

 

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