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jueves, agosto 09, 2007

Segundo mito: el islam es una fe tolerante (IV)

LA JIZYA: EL IMPUESTO DE LOS DIMMÍES (INFIELES)

Veníamos hablando de las condiciones -supuestamente del pasado- que el islam imjpone a los infieles.

Aunque algunos idiotas útiles y algunos musulmanes malintencionados nos quieren hacer creer que la dimma es cosa del pasado, ESTAS DISPOSICIONES SIGUEN FORMANDO PARTE DE LA SHARIA, ya que están contenidas en el Corán y en los hádices (palabra de Alá y palabra de Mahoma, con lo cual son inalterables).

Por esa razón, aunque parezca que están calmados los musulmanes, siempre termina apareciendo un ayatollah, un jeque o un imán llamando a la yihad, porque Alá así lo quiere.

Hoy nos ocuparemos de la JIZYA, es decir, el tributo que los infieles deben pagar a los musulmanes.

No hace falta irse demasiado atrás para ver que la JIZYA es una idea muy presente en los proyectos que los musulmanes tienen para NOSOTROS. El jeque Abdullah Yusuf Azzam (1941-1989), uno de los más destacados preconizadores de la yihad, creador de Al Qaeda y uno de los maestros de Bin Laden, estableció en su libro "En defensa de las tierras musulmanas", que el estado islámico que él pretendía restaurar iba a recaudar la jizya de los dimmíes. Estableció varias categorías de yihad, y dijo que la yihad ofensiva era una obligación de la comunidad islámica, agregando que "este tipo de yihad se lleva a cabo para mantener el pago de la jizya".

Así, nos cuenta Miguel el sirio -patriarca de Antioquía- como era la recaudación de la jizya en los tiempos del califa Marwán II (siglo VIII):

"La mayor preocupación de Marwán era hacer acopio de oro, y su yugo fue una pesada carga para la gente del país. Sus tropas infligieron muchos males a los hombres: explosiones, saqueos, ultrajes a las mujeres en presencia de sus maridos".

Pero no fue el único: Al-Mansur "impuso toda clase de impuestos a todo el mundo en todas partes, y duplicó cada uno de los tributos impuestos a los cristianos".

El cobro de la jizya se realizaba durante una ceremonia de auténtica humillación, en la que el recaudador musulmán golpeaba al infiel en la nuca o en la cabeza, para hacerle sentir inferior y que no merecía ser tratado como una persona honorable, consiguiendo de este modo que el dimmí se sintiera sometido. Este procedimiento se mantuvo hasta principios del siglo XX en Yemen y en Marruecos, donde el impuesto coránico se les seguía cobrando a los judíos bajo amenazas. Y podría volver en cualquier momento, si Europa cae definitivamente.

Y esto era (y puede volver a ser) así porque lo ordena el Corán: “Lucha contra los que no creen en Alá ni en el Juicio Final, no respeten la prohibición de lo que ha sido prohibido por Alá y Su Mensajero, ni reconozcan la religión de la Verdad, (aunque pertenezcan) a los Pueblos del Libro hasta que paguen la jizya con sumisión voluntaria y se sientan sometidos" (Corán 9:29). Cabe destacar que la "sumisión voluntaria" es la alternativa a la muerte.

Otros ejemplos de como se cobraba la jizya nos los da el comentarista coránico Zamajashari (siglo XII), quien nos indica que la jizya debía ser recaudada con "menosprecio y humillación". Un siglo más tarde, el jurista musulmán An-Nawawi ordenaba que cuando el infiel pagara la jizya, el recaudador debía permanecer sentado y el dimmí "debe estar de pie frente a él, con su cabeza gacha y con su espalda inclinada. El infiel debe poner personalmente el dinero sobre la balanza, mientras el recaudador lo sostiene por la barba y lo golpea en ambas mejillas".

Obviamente, muchos no musulmanes terminaban convirtiéndose al islam para evitar estos malos tratos y el pago de la jizya. Así es como consiguieron que vastas poblaciones de cristianos de Oriente Próximo y el norte de África se convirtieran. Por la opresión y la constante amenaza de muerte.

Otro impuesto que los infieles tenían que pagar en algunos territorios es la jarach, y consistía en un impuesto sobre la tierra, que el califa imponía en sus estados a los no musulmanes. Así, en Bagdad, en el siglo XVII, muchos dimmíes se vieron forzados a vender a sus hijos a los turcos para poder pagar la jarach.

Una de las explicaciones que los musulmanes dan a estos impuestos de jizya y jarach es que era una compensación por la protección que recibían (a bofetadas y bajo pena de muerte) los dimmíes y porque no servían en el ejército. La verdad es muy distinta, ya que en algunas ocasiones, no se les permitía a los dimmíes la conversión al islam, ya que esto no les convenía porque se destrozaba la base impositiva.

El jeque Ahmad Kuftare nos da en su web una versión almibarada y netamente propagandística de como fue la sumisión de los dimmíes y de la jizya. Nos cuenta que los musulmanes pagaban un impuesto mucho mayor que los infieles, llamado zakat, cuando éste sólo asciende al 2.5% anual, mientras que la jizya podía ser el doble del zakat. Así lo establece el manual legal islámico de la Hedaya, que dice que es legal exigir el doble a un dimmí que a un musulmán, sobre todo si el dimmí pagaba en especie y no en moneda. Además, el zakat no era recolectado por la fuerza, mientras la jizya sí, con el agregado de la ceremonia humillante.


La ley saudí establece que este impuesto está en concordancia con los viejos preceptos, y prescribe que debe ser fijo, según de quién se esté recolectando. Así, los musulmanes pagan el 2,5%, los comerciantes de países aliados el 5%, y los de países extranjeros el 10%.

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2 Comments:

At <$BlogCommentDateTime$>, Anonymous Anónimo said...

Pero... Hasta qué punto es posible que eso pase aqui en España? Yo creo que es del todo imposible. La gente se rebelaría en masa, y su ejército es más débil que el nuestro, me equivoco?

 
At <$BlogCommentDateTime$>, Blogger zetapolleces said...

Anónimo: nuestro ejército es de mercenarios y no tienen los mismos incentivos ¿Crees tú que nuestro ejército estaría dispuesto a inmolarse por España como sus guerreros yihadistas están dispuestos a inmolarse por Alá porque se van al paraíso a follarse a 72 vírgenes?

 

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