La reverencia que levanta polvaredas

Obama reverenciando (haciendo una reverencia completa) al rey Abdulá de Arabia Saudí, en la reunión del G-20 en Londres, es mucho más de lo que cualquier persona con dos dedos de frente puede tolerar,y, naturalmente, desató la ira en los EEUU.

El vídeo del encuentro muestra a Obama acercándose al monarca y tendiéndole la mano al mismo tiempo que encorva ostensiblemente su espalda ante él.

El Washington Times definió el gesto del presidente como "una chocante muestra de lealtad ante un líder extranjero".

La "explicación" dada por un ayudante de Obama es que "No fue una reverencia. Le dio la mano con ambas manos, pero es más alto que el rey Abdulá".

Curiosamente, en el mundo árabe sí se ha interpretado el gesto como una reverencia, recibida con cálida aprobación. Así el comentarista Muhammd Diyab, del diario Al-Sharq Al-Awsat decía:

"Obama deseó demostrar su respeto y aprecio por la personalidad del rey Abdulá, quien ha hecho una de las más importantes llamadas de nuestra era: al diálogo interreligioso, e intercultural para desactivar odios, conflictos, y guerras".

O sea, Arabia Saudí, el protector y valedor de Osama bin Laden y colaborador económico de varios movimientos integristas y grupos pro-terroristas es ahora el "desactivador de odios y guerras"...

El protocolo de la Casa Blanca no obliga al presidente a realizar este tipo de saludos ceremoniales. Después de todo, el presidente de lo EEUU es el hombre ante quien todos se inclinan. Pero algo ha cambiado el pasado 20 de enero. Y no me refiero al color del nuevo inquilino de la Casa Blanca...