Ginecólogos iraquíes: un nuevo peligro a conjurar

En una nueva actitud delirante y denigrante de la mujer, los fundamentalistas musulmanes de Irak van a por los ginecólogos de ese país. Con amenazas que, en algún caso han pasado a los hechos, según nos cuenta la agencia de noticias de la ONU.

La razón esgrimida esta vez es que las exploraciones ginecológicas "violan la intimidad de las mujeres".

Por esta "razón" se está persiguiendo a los médicos ginecólogos de sexo masculino, ya que los fundamentalistas del turbante no conciben que otro hombre que no sea el marido de la mujer en cuestión, vea -ni mucho menos toque- las partes privadas de las mujeres.

Walid Rafi, portavoz de la Asociación Médica iraquí, informó que por lo menos 22 ginecólogos han recibido cartas de amenaza. En un caso, los extremistas secuestraron al hijo de un médico y sólo lo liberaron después de que éste hubiera cerrado su clínica en el distrito de Karada, en Bagdad.

Pero algunas amenazas han llegado más lejos aún: la semana pasada fueron asesinados dos ginecólogos a la salida de las clínicas en las que trabajaban. Al lado de sus cuerpos fueron encontradas dos notas que decían que este es el final que le espera a cualquier médico que continúe invadiendo la intimidad de las mujeres musulmanas.

¿Quienes son los principales damnificados de todo esto? Las mujeres, por supuesto. Además de las más que precarias condiciones sanitarias del país, hay que sumarle el hecho de que el número de ginecólogas en Irak es extremadamente bajo, y a todas luces más que insuficiente para poder atender la demanda de cuidados ginecológicos.

En los últimos tiempos, el 75% de los médicos, farmacéuticos y enfermeras han dejado sus trabajos y el 55% de ellos ha abandonado el país. Algunos le echarán la culpa a los Estados Unidos. Pero la verdad es muy distinta y se esconde bajo la barba de esos salvajes talibanes que quieren que el mundo regrese a la edad de piedra de la mano del fundamentalismo musulmán.